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ENTREVISTA MARIONA ROSSELL: “Gracias a la beca Ramon Turró, he disfrutado trabajando junto a reconocidos especialistas y viviendo el día a día de un hospital de referencia”

20/09/2022

¿Cómo conociste las becas del COVB? ¿Fue fácil acceder?

Conocí los distintos tipos de becas que ofrece el COVB a través del boletín de noticias que se envía regularmente al correo electrónico. Los requisitos eran claros y los documentos necesarios fáciles de obtener (currículum, expediente académico, carta de motivación, presupuesto de gastos, título de idioma correspondiente al país que se va a visitar, carta de aceptación del centro en el que se cursarán las prácticas o estudios y presupuesto de gastos estimado). La comunicación durante todo el proceso siempre fue clara y las dudas respondidas de forma efectiva.

¿En qué centro hiciste tu estancia y porqué lo escogiste?

Quería que la estancia fuera en un país de habla inglesa, para mejorar el idioma en general y porque en el ámbito profesional me facilitaría la lectura y comprensión de publicaciones, congresos, relaciones en el mundo de la veterinaria y finalmente por los exámenes de especialidad, debido a que el internado rotatorio era el primer paso por mi objetivo final, una residencia en medicina interna. Decidí hacer el internado en Northwest Veterinary Specialists, ya que después de haberlo visitado me dejó muy impresionada tanto por sus instalaciones, complejidad de los casos y altos estándares de trabajo, como por la profesionalidad del equipo, predisposición por la enseñanza y desarrollo profesional, siempre con un ambiente de trabajo excelente. Al ser un hospital de referencia en el que sólo se ven casos derivados por otros veterinarios, éstos suelen ser complejos, representando un reto para mi aprendizaje, ya que combinan distintas disciplinas y patologías concomitantes.

¿Cuál fue tu trabajo?

Empecé el internado en diciembre de 2020 y durante 14 meses he estado rotando por los servicios de medicina interna, neurología, oncología, oftalmología, imagen, anestesia, traumatología y cirugía. Como interna también he participado en la atención de las urgencias que se aceptaban durante el día y fuera del horario normal de apertura del hospital. El hecho de haber trabajado anteriormente en primera opinión hacía que tuviera muy claro cuáles eran mis puntos fuertes y débiles, lo que quería aprender y mejorar, teniendo en cuenta los casos que había visto y sabiendo dónde había tenido dificultades.

Como parte del programa cada semana teníamos formación teórica a través de workshops, seminarios, journal clubs, book clubs, todo liderado por los diferentes especialistas. A pesar de este apoyo teórico, mientras preparaba los casos para el día siguiente o profundizaba en algunos de los que había visto durante el día, sentía la necesidad de tener una guía teórica más constante y al mismo tiempo poder tener algún reconocimiento después de tanto estudio, así que decidí empezar a cursar un certificado y posgrado en medicina interna de pequeños animales. Obviamente, esta decisión comportaba más carga de trabajo, pero al mismo tiempo era muy gratificante, ya que lo que estudiaba durante mis horas libres, lo ponía en práctica en el hospital y viceversa, lo que me facilitaba la integración de conceptos y un conocimiento más profundo de los casos.

¿Cómo valoras la experiencia y qué crees que te ha aportado a nivel profesional?

Tengo muy claro que sin el internado no hubiera podido aprender todo lo que he aprendido hasta ahora. A nivel profesional he cogido mucha confianza en mí misma y en mi trabajo, he aprendido una forma sistemática de trabajar y he mejorado la comunicación con el cliente y el equipo. También me siento mucho más segura a la hora de afrontar casos complicados o llevar a cabo algunas técnicas o tratamientos que antes me hacían mucho respeto. A nivel personal el internado también me ha cambiado, ya que me ha sacado de mi zona de confort y afrontar los retos que esto comporta, cómo ir a otro país y conocer gente nueva.

Gracias al internado he podido gozar de trabajar junto a reconocidos especialistas y vivir el día a día en un hospital de referencia, lo que ha reafirmado mi sueño de seguir trabajando para conseguir ser especialista en medicina interna. Las rotaciones por las diferentes disciplinas han ampliado mis conocimientos y habilidades relacionadas con cada una de ellas, a la vez que me ha permitido crear una extensa red social en el mundo de la veterinaria.

Todos los conocimientos y experiencia adquiridos durante este internado han creado una base muy sólida para poder ser una fuerte candidata a la hora de presentar mi solicitud por una residencia en medicina interna que de hecho he conseguido y empiezo este noviembre.

¿Animarías a otros colegiados y colegiadas a pedir una beca Ramon Turró?

Definitivamente sí. Las becas Ramón Turró están pensadas para estancias en el extranjero y así poder ampliar conocimientos y crear relaciones en el mundo de la veterinaria. Después de mi experiencia pienso que esto es esencial para nuestro trabajo ya que, después de trabajar varios años en un mismo sitio te acostumbras a una manera de hacer y muchas veces cuesta salir de la rutina y aprender o aplicar cosas nuevas, incluso después de atender a formaciones porque a veces no sabes cómo ponerlo en práctica o no lo has visto hacer nunca. Poder realizar estancias en otros centros te permite desconectar del día a día, ver las cosas con distancia y aprender otras maneras de hacer y razonar. Es una experiencia refrescante, ya que te notas motivado con ganas de volver y poder poner en práctica todos los nuevos conocimientos y métodos en tu día a día para así ofrecerle un mejor sirve para los pacientes y clientes.


Mariona Rossell – Col. 5449